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Este día comenzó para mí con el pie izquierdo. Después de tratar, infructuosamente, de hacer un trámite en una oficina de gobierno (y esto no debiera de causar una sorpresa ya que quién puede realizar un trámite de gobierno a la primera debería tomarse el resto del día para celebrarlo) fui a la gasolinería, ahí me atendió una muchacha quién despúes de hacerme las preguntas de rutina, 'lleno?', 'no', 'cuanto le pongo?', '150 de magna', 'servido', etc, se llevó mi tarjeta, me cobró, le dí su propina, y al darme my ticket me dijo 'Bonito día'.
Dos simple palabras que me hicieron reflexionar que unos inútiles de una oficina de gobierno no debían hecharme a perder el resto de mi mañana y menos el resto de mi día. Que importa que no pude hacer mi trámite, hizo falta una sencilla muchacha de una gasolinera para recordarme que un 'Bonito día' está en uno y no en las circunstancias. Lo tendré presente para futuras ocaciones.